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5 feb 2014

El oro comestible, protagonista de la campaña de publicidad más original del Reino Unido

Los amantes de James Bond tienen grabada en la retina las escenas de Goldfinger en las que Shirley Eaton aparece cubierta de oro. La tercera película de la saga 007 es un compendio del lujo y las tendencias de los años 60. Su estética se ha copiado hasta la saciedad tanto en el cine como en el mercado publicitario. El efecto de cubrir a un actor o una actriz con una capa de metal o pintura es una ‘receta’ común entre creativos. Vodafone, sin ir más lejos, utiliza este recurso en su Vodafone Wallet. Sin embargo, pocas estrategias son tan originales como la que lanzó Pizza Express a principios de año para celebrar el 45º aniversario de sus ‘dough balls’ –bolas de masa, en castellano castizo-.


Si habitualmente mostramos aplicaciones o recetas originales con oro comestible, en esta ocasión nos permitimos hacer un guiño a los profesionales del mercado del marketing y la publicidad. Vamos al grano. La compañía contrató a una estrella de la tele, Joey Essex –el equivalente a uno de los protagonistas de Gandía Shore, en España, o Jersey Shore o The Valleys, también en el mercado anglosajón-, para escenificar un ‘goldfinger’. Hasta ahí, nada original. La clave de la campaña de Pizza Express está en lo que promocionaba Essex con esta ‘hazaña’ del maquillaje: la cadena de pizzerías había elaborado dos únicas y exclusivas ‘dough ball’ recubiertas con oro comestible. Los afortunados que las han encontrado en su pedido, además de disfrutar de esta delicatessen de la comida, han ganado 5.000 libras –unos 6.000 euros-. Además, la cadena ha incluido otras diez ‘bolas’ sorpresa en distintos packs. Llevan un ‘pasaporte’ especial para que sus compradores no tengan que abonar ninguna de las ‘dough balls’ que pidan durante un año. Si pensamos en nuevas ideas, ¿os imagináis, por ejemplo, la búsqueda de un donut de oro comestible?


Por cierto, no es la primera que hablamos sobre pizzas y oro comestible en este blog. Tampoco es la primera vez que aparece James Bond… ¿Quizá estemos ante un déjà vu? Bueno, otra vez…, vamos al grano, mejor dicho, a la pasta. La famosa Pizza Royale 007 elaborada por Domenico Crolla es el mejor ejemplo de pizza con oro comestible, no solo por su originalidad, sino por la bonita historia de amor que la inspira. Con San Valentín tan cerca, ¿quién sabe? Como inspiración, os dejamos los títulos de crédito y la incomparable banda sonora de Goldfinger.

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